La huerta es nuestro lugar de experimentación, en donde plantamos y sembramos diversidad de variedades en rotación y de origen ecológico para obtener toda clase de vegetales y frutos, y abastecernos de esta forma de alimento fresco o conservado durante todo el año. Encantados ofrecemos a los visitantes lo que en el momento tenemos.  

Tampoco se puede entender nuestro caserío sin la variedad de nuestros animales. Todos ellos ejercen su función en el ciclo de nuestro pequeño ecosistema. A parte de las gallinas que nos dan los huevos, los perros, compañeros incondicionales, o los gatos que mantienen a raya a la población de los ratones otras especies, tenemos principalmente dos razas de animales autóctonos que campean a sus anchas por nuestros bosques y prados. Son la oveja "latxa" y el cerdo "Euskal Txerria". Ambas razas nacen y se crian en nuestro caserío siguiendo criterios ecológicos.  

La oveja Latxa sale a pastar todos los días del año. Ejerce una función ecológica muy importante aprovechando recursos forrajeemos que, de otro modo, se perderían y realizando así la limpieza en los montes. Por Pascua podemos disfrutar del cordero. 

El cerdo de raza "Euskal Txerria" es una antigua raza autóctona que estuvo al borde de la extinción. A mediados del siglo XX, quedaban muy pocos ejemplares del Euskal Txerri. Los animales de razas autóctonas, que convivían con nosotros, y poblaban nuestros montes, sufrían de una regresión imparable. Primaron (y aún hoy lo hacen), esquemas industriales para la producción agraria, que sacrifican la calidad entendida como tal, por la cantidad obtenida de cualquier modo y a cualquier coste, también el medioambiental. Sin embargo, gracias al coraje y determinación de los productores, fué posible sacarlo de una extinción segura. Perfectamente adaptado a su medio, reconquista de nuevo el territorio vasco. En el lado norte del País, de 25 ejemplares en 1989, pasó a 1.500 en el 2000. Es hora de que también pueble poco a poco las montañas de este lado y en ello estamos.